A algunas nos queda esa sensación de no haber estado a la altura para comprender la excepcionalidad. Porque sí, hay casos de seres humanos excepcionales, no sujetos al infierno de lo igual, personas que devuelven a la sociedad mucho más de lo que reciben de ella y lo hacen sin alardes, por pura vocación y a menudo desde la incomprensión.
Fernando, lamentamos profundamente tu pérdida y dedicamos un afectuoso recuerdo para tu familia.
En el corazón de Artediez dejas un recuerdo imborrable y el agradecimiento por habernos permitido disfrutar, en tiempo real, de tu talento y tu presencia.