Ilusionismo mural, entornos envolventes y jardín salvaje

En nuestra historia la imagen representada siempre ha tenido dos vocaciones paralelas: una, superar sus formatos planos convencionales y expandirse hacia el espacio tridimensional para ocuparlo; la otra, engañar al ojo y a la mente construyendo realidades ficticias más allá de la propia realidad pero que en su primera impresión resultan igual y perversamente veraces.

El artículo hace un breve repaso por ambos ejercicios artísticos muchas veces solapados en una misma obra y con el mismo fin, atendiendo tanto a referentes históricos como contemporáneos y actuales. Se introduce aquí un pequeño elemento iconográfico conductor: la visión del bosque simbólico, del oscuro jardín salvaje como metáfora de un universo profundamente mental y emocional que se busca y se halla más allá del muro ficticiamente abierto, ya sea en representaciones murales romanas ya sea en la tradición centroeuropea, en concreto alemana, hasta hoy mantenida.

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