LAURA GARCÍA en la Universidad de Nápoles, Italia.

Personalmente mi experiencia en Nápoles no ha sido la más gratificante ni lo que esperaba pero ha sido una experiencia, ni bueno ni todo malo. La ciudad es sucia y caótica pero tiene su encanto en ser así. Me gustó mucho, sobre todo los días de sol. Lo malo es que puedes ser atropellado en cualquier momento aunque no lo pondría como algo malo: una experiencia.

La escuela estaba muy bien, moderna. En las clases de diseño gráfico, cada uno de nosotros teníamos hasta nuestra propia tableta gráfica y el profesor Don Salvatore fue súper amable; aunque al tener dos sedes fue bastante lioso (una está en una calle normal y la otra dentro de un parking privado que es una estación de buses a su vez).

Por causas personales, no tuve la oportunidad de experimentar muchas de las actividades que se hacían para los estudiantes Erasmus (cada día había algo que hacer) y no puedo contar demasiado. Sin embargo, fui a Pompeya y pueblos de la costa -preciosos- y he de decir que lo mejor y lo que más echo de menos de allí es la comida, nunca había comido tan bien en mi vida (y tan barato).