Al principio fue un poco duro por la barrera del idioma. Aunque creas saber una lengua, no experimentas lo que realmente es hasta que viajas. Pasadas las semanas, me acostumbré al idioma y ¡empecé a soñar en inglés!
Ha sido una experiencia súper enriquecedora a muchos niveles. Por un lado, a nivel artístico he crecido un montón, además de haber mejorado mi inglés, mi capacidad para gestionar el dinero, y sobre todo la capacidad de relacionarme.
En mi caso, alquilé una habitación en una casa aparte (no en la residencia de estudiantes). Esto puede dar más dolores de cabeza por el tema de las facturas o los pagos de impuestos, pero me ha aportado mayor independencia y madurez. Si pretendes moverte a lo largo de la ciudad, recomiendo ir caminando y poder descubrir cada rincón de ésta.
Bath es una ciudad con restos romanos y arte gótico. Es preciosa y tiene un ambiente súper especial. Soy una persona bastante tímida, y al principio me daba miedo no hacer amigos, pero el ambiente universitario en Inglaterra es súper acogedor y es bastante fácil relacionarse.
Así que, si estás dudando de si hacer o no un Erasmus por tus capacidades sociales, ¡es mejor que no dejes que eso te condicione! Sin duda, es una experiencia que repetiría una y otra vez. Voy a recordar Inglaterra con muchísimo cariño