Cuando me planteé la oportunidad de irme a estudiar a otro país de Erasmus, Grecia fue mi primera opción aunque estuve muy cerca de no ir por alta demanda. Finalmente, me vi a finales de Septiembre en Atenas, la capital. Con una mochila a mis espaldas y unas pocas referencias, poco a poco fui construyendo una vida de la que he aprendido muchísimo y que sin duda me han ayudado a ser la persona que soy a día de hoy. Alguien más responsable, consciente de todo lo que le rodea. He madurado viviendo con una cantidad muy limitada al mes y he tenido la oportunidad de descubrir a fondo una ciudad como Atenas, ciudad donde nace nuestra cultura.
Además, pude ir a otros lugares de la geografía griega como Salónica, Creta, Meteora, Egina, Corinto, Epidavros o Nafplio gracias a la gente que allí pude conocer.
El ambiente social es muy acogedor y hay gente de todos los países (también locales) dispuestos a acogerte, a tratarte como uno más y a descubrirte la cultura del país.
Sin duda es un país muy diferente a lo que entendemos por país estándar de Europa y eso ha sido un factor clave para entender la cultura en la que vivo además de conocer la cultura griega.