Damián Varela en París con una movilidad Erasmus+

Damián Varela que ha cursado un semestre de Ilustración en l’Ècole de Condé en París, nos relata sus impresiones.

Probablemente si estás leyendo esto es porque te estás planteando la posibilidad de irte de Erasmus. Yo también lo hice en su día, leí cada una de las entradas de este blog buscando en el testimonio de los otros estudiantes una señal. Quería saber si valía la pena la experiencia y, especialmente, si valía la pena iniciar todo el trámite administrativo que se me antojaba demasiado largo y tedioso. La respuesta a la primera pregunta es si, la experiencia vale la pena. La respuesta a la segunda: ármate de paciencia desde este mismo momento.

Antes de llegar a Artediez ya había estudiado un grado en otra escuela y dejé pasar la oportunidad de irme de Erasmus. Por aquel entonces no sentía que mi porfolio fuese lo suficientemente bueno ni tenía la confianza necesaria para salir de mi zona de confort. Me arrepentí de ello durante años. Si alguna vez has soñado con vivir fuera, si te gusta viajar y conocer diferentes culturas, si te apetece un cambio en tu vida… si simplemente te lo estás pensando, aunque tengas dudas, haz el esfuerzo por recopilar todo lo que te piden y preséntate. Además, siempre puedes decidir no irte a lo largo de los meses que pasan hasta que te llega la carta de aceptación.

Cada experiencia es y será diferente para cada uno, por lo que es difícil generalizar, pero me gustaría comentar que hay cosas buenas y cosas no tan buenas. A nivel personal será un capítulo de tu vida único, de aprendizaje y de madurez. Tendrás que enfrentarte por tu propia cuenta a numerosos obstáculos y aprenderás a conocerte un poco mejor porque te sentirás solo en numerosas ocasiones. Te vas a un país diferente al tuyo con otra cultura y sentido del humor, otras costumbres y otro idioma. Te vas a sentir muy desubicado. Volverás a ser el nuevo en una escuela, una pesadilla para muchos. Acostumbrarse las primeras semanas o meses puede llegar a ser duro, pero todo acaba encajando.

Conocerás gente maravillosa en el proceso: compañeros de clase, profesores, vecinos… Harás nuevos amigos y probablemente te enamorarás y te romperán el corazón (o no). Visitarás nuevos lugares y crearás recuerdos para siempre. Verás con otros ojos lo que has dejado atrás y aprenderás a valorar muchas cosas que ni te habías planteado. Personalmente esto último ha sido una de las mayores lecciones para mí. También es posible que empieces a pensar en el futuro de otra forma y que te replantees lo que quieres hacer cuando acabes el curso. Se te abrirán nuevas puertas y, a nivel profesional, la oportunidad de trabajar en el extranjero.

¿Alguna mala noticia? Una vez que consigas superar todas las fases del trámite, que puede llegar a desanimar bastante, el primer gran golpe lo recibirás cuando te toque buscar alojamiento. Si tu centro de destino no te lo facilita te tocará enfrentarte a una misión casi imposible. Pero no desesperes, tras enviar cientos de mensajes y ser ignorado o rechazado por razones estúpidas, acabarás encontrado algo. En mi caso acabé en un estudio de ridículas dimensiones en una séptima planta sin ascensor. El lado positivo: podía llegar caminando a mi escuela y tenía la Torre Eiffel al lado.

El momento mudanza, tanto para ir como para volver, también se interpondrá en tu camino. Así como los días en los que te encuentres triste y quieras regresar a España. Y, algo en lo que seguro que has pensado y que preocupa a todos los que están a punto de embarcarse en esta aventura es el aspecto económico. Se merece un párrafo aparte.

Aunque depende mucho de la situación económica del país al que te vayas hay un par de cosas claras: la beca que te van a asignar no te va a llegar para cubrir ni el primer mes y vas a gastar mucho dinero. Así es, la cruda realidad. Tendrás que tirar de ahorros y por supuesto del apoyo familiar. Te puedes plantear buscar algún trabajo a media jornada para hacer frente a los gastos aunque, según el horario que te toque, puede llegar a ser imposible compaginar ambas cosas. La experiencia Erasmus te cambiará la vida a muchos niveles, pero tienes que hacerte la pregunta, desde ya, de si estás dispuesto (o puedes) hacer frente a esta inversión.

Entonces, ¿realmente vale la pena? Sí, por supuesto. Puede llegar a ser duro, pero también vas a disfrutar mucho de los meses que pases fuera. Además, contarás con la ayuda de Pilar, tu ángel de la guarda, a la que no sabrás cómo agradecer todo lo que va a hacer por ti.

Anímate y no dejes pasar la oportunidad de presentarte. No te permitas arrepentirte luego por no haberlo hecho.