Construimos muebles reutilizando envases de plástico

Cuando se termina una botella comienza su verdadera vida dentro del naufragio. Es posible que acabe en el mar, es posible que nadie la lleve hasta el contenedor adecuado, es posible que ya no vuelva a ser útil. Todos, dentro del naufragio medioambiental, necesitamos tablas de salvamento, o mejor, necesitamos salvar los muebles.

 

Hay empresas concienciadas, como La Buena Vida, que se responsabilizan de lleno. Se preocupan de que los escasos residuos que genera su restaurante, puedan tener una segunda oportunidad de servir a sus clientes. De su actitud surgió la conexión con los estudiantes de Artediez. Los alumnos de mobiliario aceptaron el reto de transformar botellas de leche y envases residuales en mobiliario utilizable en la terraza y cafetería.

La primera fase del proyecto fue la experimentación. ¿Cómo transformar las botellas? ¿Cómo unirlas? ¿Hasta dónde se puede llegar en su resistencia? De pie sobre una pila de botellas, o buscando cambios de la forma aplicando calor, o creando conexiones a partir de tapones; la actividad creativa y didáctica nos enriquece. Surgen referencias válidas para el diseño: homenajear a los iconos de la historia del mueble, observar la naturaleza que crea estructuras firmes y seguras, o compactar hasta asegurar la resistencia.

El resultado final son muebles que crean volúmenes diferentes, derivados del módulo que los genera. Combinan color y transparencias. No ocultan indicios de que antes fueron envases desechados. Provocan otras sensaciones en el usuario, no habituado a estos materiales.

La reflexión continúa, es momento de observar y seguir imaginando. El reciclaje es un camino que volveremos a recorrer, porque, para los jóvenes diseñadores, la evolución de las ideas y las formas no se detienen. Su futuro está en juego.

José Luis Espinosa Querencia

Promotor del proyecto