La Escuela de Madrid

Mediante un Real Decreto de 5 de Noviembre de 1886 se aprobó el reglamento de la Escuela de Madrid y se crearon otras siete llamadas Escuelas de Distrito en el resto de España, independizándolas del Conservatorio de Artes y Oficios. Las escuelas de distrito se abren en las ciudades de Alcoy, Almería, Logroño y Santiago de Compostela, donde hoy continúan existiendo; y también en las ciudades de Béjar, Gijón y Vilanova i Geltrú donde desgraciadamente terminarían desapareciendo.

La Escuela de Madrid que se veía en la necesidad de atender a un número cada vez mayor de alumnos no pudo finalmente contar con un espacio idóneo al destinarse el previsto a sede ministerial. Esta desilusión era evidente en la propia escuela. Como expresaba el entonces director, D. Ramón Díaz Maroto, “al comenzar el curso 1898•99, ya no queda ningún vestigio de la Escuela de Arte y Oficios Central en el soñado edificio del Paseo de Atocha”. Esta imposibilidad de disponer de un espacio adecuado a las necesidades docentes llevó a buscar el apoyo de ciertos mecenas como el Marqués Cubas y el Marqués de Comillas “a fin de realizar el proyecto de construir modestos edificios en distintos barrios de la capital, en los que la juventud obrera pudiese recibir la instrucción que insistentemente reclama”.

La división en pequeñas secciones, que se había decidido como una solución provisional, terminó por convertirse en definitiva para organizar la enseñanza de Artes y Oficios en la ciudad de Madrid, estructura que llegaría hasta el día de hoy tras la separación formal de las secciones en 1984.