Växa significa crecimiento en sueco, protagonista de esta pieza multifuncional de mobiliario infantil que comienza siendo un cambiador de bebés para convertirse en pupitre y silla de estudio y juego para niños de hasta 7años.
¿Por qué?
Lejos de centrarse en un sólo objetivo, Växa nace de una necesidad ergonómica, de una necesidad funcional y espacial; quiere ser útil al usuario indefinidamente, formar parte de su desarrollo y crecer con él, a la vez que respetar su entorno y los materiales con los que ha sido creado. Con todo esto, echa un pulso al actual consumismo que gobierna las decisiones a la hora de la elección de un mueble. Porque este no es un mueble, es el mueble.
¿Cómo es posible?
Habiéndonos basado en un profundo estudio ergonómico del cuerpo -infantil y adulto- y de las necesidades principales de estas piezas, es posible vislumbrar la línea de partida para crear tres piezas en una, con una primera función de cambiador regulable en tres alturas y a continuación, con las mismas piezas y con un ojo en las instrucciones de montaje y manipulación, encajar el puzzle para obtener dos piezas diferentes que, en este caso, dan paso al usuario principal en cuestión: el niño.
El objeto de este proyecto es desarrollar un mueble infantil que acompañe al bebé desde sus primeros días de vida, supliendo las cambiantes necesidades ergonómicas que sufra durante su proceso de crecimiento, transformándose y adaptándose a él y a los padres.
Son los tapones los que permiten este intercambio de alturas y funciones. Están especialmente pensados para encajar en un lugar concreto para permitir la mutación del mueble, tanto para pasar entre alturas como para montar la silla y hacer uso del pupitre.
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