Etole drill, por Cristina Saldaña

Etole drill es un prototipo innovador: un modelo de taladro concienciado con el medio natural. Un novedoso concepto que incluirá a un gran rango de individuos en su uso, eliminando las barreras de los estándares ergonómicos basados en el varón occidental que imperan en la sociedad actual por su concentración de poder, no por su mayoría numérica. Incluye un nicho de mercado ignorado en la antropometría y ergonomía: mujeres y hombres menos robustos. Rediseñamos una carcasa en bioplástico que reduce el mango para un fácil manejo, evitando posturas lesivas y que permite ejercer la fuerza de presión propicia. Para ello, se aligera su mecanismo interno y se externaliza la batería.

 

 

Para la construcción de este producto se buscaba suplir las carcasas de plástico común con un material que cumpla con sus mismas características: dureza e igual proceso de fabricación industrial pero reduciendo el impacto medioambiental.

La elección final es Terraprene, cuya materia prima es la piedra caliza, muy común y representa aproximadamente el 10% de las formaciones rocosas sedimentarias del mundo.

Es 100% reciclable, más ligero, tiene gran durabilidad, permite el uso de las técnicas de extrusión y moldeo por inyección, se puede colorear fácilmente. Su tacto es aterciopelado y es prácticamente inodoro. Las propiedades mecánicas y físicas de este compuesto de base biológica están cerca de los compuestos de TPE (termoplásticos), basados ​​en fuentes fósiles.

Como descubrió Antoine Laurent Lavoisier en 1794 «la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma». Por ello, es de suma importancia un nuevo modelo de fabricación donde se tenga como prioridad la utilización de nuevos materiales ecológicos (bioplásticos), con procesos de un menor impacto medioambiental, como pueden ser las emisiones de CO2.

 

Confluye, por tanto, con la idea de biomimesis que se plantea en el proyecto como tendencia a seguir en el diseño industrial, tal y como adelantó el insigne profesor de diseño industrial Robert Papanek en la primera mitad del siglo XX.

El nombre del producto deriva a partir de una variación de la palabra en lengua náhuatl mexicana “elote” -mazorca salvaje que se encuentra en los campos de maíz, un vegetal originario de este país. Por lo cual, este juego de palabras que originan de -elote- a etole, sirve como inspiración en el diseño, siendo a su vez un símil visual del proceso cíclico de regeneración ecológica en el que se cimenta el desarrollo e implementación de nuevos materiales para este taladro

 

Etole propone modificar los siguientes elementos del taladro tradicional:

  • Reducir el diámetro y la longitud de la empuñadura
  • Externalizar la batería mediante un cable que una ambas partes. De esta manera permite al usuario/a soportar dicho peso (800gr.) sobre el cuerpo, gracias a un engache tipo pinza que lleva la batería, facilitando así su sujección en un cinturon, correa o derivados.
  • Sustituir el anticuado motor de escobillas, por un motor brushless (sin escobillas) e innovadores engranajes cerámicos, aligerando de nuevo un poco más la pistola.