«A flor de piel» por Anabel Palomo Marcos

A flor de piel es una colección de lencería femenina que combina dos opuestos, la lencería actual que denota ligereza, comodidad y sale al exterior, con la belleza y abundancia del siglo XIX.

La lencería es un elemento muy reciente de la moda, ya que la ropa interior en épocas anteriores no tenía el mismo concepto o importancia; el incremento del rol de la mujer en la sociedad fue un factor esencial para su desarrollo, por lo que la clara evolución se dio en el siglo XX. A parte de la comodidad, lo que comenzamos a ver es el gusto por adornar ésta ropa íntima. Incluso actualmente la ropa interior ya no es tan “interior”. Con la evolución de esta, hemos visto cómo lo interior sale fuera, pudiendo vestirte directamente con ella, siendo una prenda visible.

Por otro lado, la otra parte del proyecto se inspira en el siglo XIX, que es la edad de oro de la lencería, la época en que fue más abundante e insufrible, y también más oculta que nunca.

«Estará inspirado en los trajes de baile de la época del Romanticismo, dentro de lo que se ha llamado “Neo- rococó”, y para ello, como referente artístico se han utilizado los retratos que pintó por diferentes casas reales Franz Xaver Winterhalter.»

 

 

El traje de baile equivale al ideal femenino romántico, su procedencia es la ópera y el ballet y sugiere que las jóvenes se vistan como hadas y ninfas. En este tipo de vestido destacan los volantes y las mangas caídas de los hombros, y se adornaban con galones, cintas y lazos. Los tejidos eran muy voluminosos y daban la sensación de ser esponjosos, delicados y translúcidos. La idea era crear un reloj de arena con las curvas de la mujer: pequeña y frágil cintura, y exuberante parte superior e inferior. Los colores eran pasteles claros o apagados como el rosa, azul o malva.

La colección se compone por 10 looks de lencería femenina prêt-à-porter, para la temporada de primavera-verano. Y a modo de complemento a la colección, la realización de 10 batas mediante el proceso de modelado sobre maniquí.

 

 

Se reconoce una silueta que está muy apretada en la cintura y muy voluminosa en hombros y caderas. Se ha querido reflejar estas formas para una mayor afinidad entre la colección resultante y la inspiración. Se mantendrá en su mayoría el talle a la cintura como la época de inspiración predica, pero teniendo en cuenta otros factores, como pueden ser las sensaciones que aportan esos trajes a la vista, por los materiales usados dan un aspecto voluminoso, “blando”, y por tanto da lugar a formas más orgánicas.

Como la colección será para la temporada de primavera-verano, los tejidos predominantes son muy ligeros, como tules, encajes o gasas, que crean transparencias muy fortuitas tratándose de lencería, y que además mantienen relación con la época de inspiración al ser tan fluidas y crear ese aspecto de suavidad y esponjosidad. Combinándose además con tejidos con algo más de peso, que aporta un poco de tenacidad a la colección.

 

 

 

 

 

Una de las pretensiones principales de este proyecto es que esa lencería que no hace tantos años atrás era tan interna y escondida, vaya saliendo fuera, que pueda ser perfectamente una prenda única exterior o combinación de ella, o simplemente una prenda interior; prendas adecuadas para cualquier ocasión, algo casual, o algo más especial.

 

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