Entrevista al diseñador y profesor de Estilismo de Indumentaria Antonio Sicilia

Hace tiempo que Antonio Sicilia conquistó la pasarela madrileña. Lo hizo cuando presentó ‘Duelo’, su colección Otoño-Invierno 2015/2016 en Samsung EGO, la plataforma para jóvenes diseñadores de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.

El impacto de su imaginario fue tal que los medios de comunicación del sector no tardaron en hacerse eco. Pero cómo no iban a hacerlo… La primera salida de su colección consistió en algo tan polémico como un vestido de enfermera que se inyecta en sangre.

Desde entonces, el diseñador no ha parado. Tras el ‘Duelo’ llegó el ‘Vértigo’ y luego el Síndrome de ‘Stendhal’. Parar su creatividad ahora es imposible. Me lo cuenta tras la performance que llevó a cabo en Aula 2018.

Buenos días, Antonio. Si quieres, para calentar motores, cuéntame un poco sobre la performance que acabamos de presenciar.

Con esta performance buscaba volver a la matriz de ‘Duelo’. Volver a mostrar este vestido, que fue lo primero que yo mostraba públicamente como diseñador, ha sido la repetición de algo que ya había hecho, pero en otro espacio, en otro entorno.

¿Por qué ese vestido, por qué ‘Duelo’?

‘Duelo’ fue el inicio. Este era el primer vestido que salía y contaba cómo se pintaba el lienzo de lo que iba a ser mi trabajo. Yo parto mucho de la psicología, de cómo actúa el ser humano frente a vórtices de la vida, momentos bastante complicados y dolorosos, en este caso el duelo.

Además, me gusta ir al extremo, por eso la sangre sobre el blanco. Aquel diseño demostraba que mi trabajo como diseñador iba a estar siempre en una línea un poco punzante.

Más que una colección parece una declaración de intenciones.

Totalmente. Digamos que yo soy como un libro abierto y esta era la primera página. Para mí era importante, porque como persona era una página más, pero como diseñador era la primera.

La frase de inspiración que proporcionas en el dossier de prensa es «Es sombra todo lo que alrededor albergo, nunca el negro me había causado tanto dolor, nunca había sido tan oscuro. A veces incluso se vuelve blanco… «. Resulta escalofriante.

Yo estoy cómodo trabajando sobre el negro, considero que trabajo bien sobre él. De hecho, en mis colecciones siempre tiene gran importancia. Pero hubo un momento en el que, haciendo un poco de estudio, consideré que el blanco me producía una sensación mucho más oscura que el propio negro.

Parto de mi relación con el color blanco, que es conflictiva. Está basada en las sensaciones de algo clínico, frío, aséptico. En la ausencia de piel vista, en que todo vaya con medias, con guantes, con bata. Todo ese tipo de cosas me producen mucho dolor. Lo que creo que para una persona sería el negro, para mí es blanco. Es un juego de colores.

No puedo dejar de preguntarte por qué tanto dolor para una primera colección. El miedo a la muerte, los hospitales…

Es algo que me aterra y me alimenta a la vez. Es algo que siempre ha estado en mi mente. No sé cómo explicarte, es como una balanza inspirada en el terror y la satisfacción.

Quizá puede ser entendido como algo muy dramático, como algo gore, pero en el fondo mi discurso es como muy limpio, muy angelical, no tira por algo oscuro. Son sentimientos que me provocan algo, no es placer; movimiento, quizá. Me hastían mucho y lo paso mal y bien a la vez.

Ya hemos hablado de la gama de color. Ahora hablemos de los cortes, de las formas. He repasado lo que han dicho otros medios sobre tu colección y dicen que está inspirada en ‘V’ o ‘Battlestar Galactica’. A mí, personalmente, me recuerda mucho a ‘Star Trek’. No sé si tiene algo que ver. 

No, la verdad es que no tiene nada que ver. En el primer desfile me empezaron a encasillar en que trabajaba sobre el futuro, decían que tiraba un poco por una estética futurista relacionada precisamente con ‘Star Trek’, por el logo, que también tiene una forma similar a una A.

En realidad no tiene nada que ver con eso, porque mi inspiración no sale de ahí. Sin embargo, me he dado cuenta de que mi proceso de creación de colecciones sugiere líneas futuristas y hasta yo lo veo reflejado en mis desfiles. Es algo que me sale solo.

Ahora que me hablas del logo, quería preguntarte por él. ¿De dónde surge?

Hay mucha gente que piensa que es una persona. Pero en realidad ese logo tiene cosas escondidas, como símbolos masónicos. Habla también del eclipse, que es el punto encima de la A. También hay una doble A, que es algo muy personal para mí….

En definitiva, hay muchas cosas que nada tienen que ver con una persona. Por ejemplo, las esquinas punzantes tienen que ver con Eduardo Manostijeras, que es un referente para mí porque su historia me ha marcado mucho.

Incluso llegó a ser banda sonora del desfile. ¿Por qué crees que te ha marcado tanto?

Fue el primer personaje en el que me vi reflejado. En su movimiento, en su mirada, en cómo huía un poco de la sociedad, en cómo no encontraba su lugar, en cómo se sentía forzado a hacer algo que en realidad no quería hacer.

¿Y tú, has encontrado tu lugar en la sociedad?

Creo que no y, además, creo que no lo voy a encontrar nunca. Yo siempre me veo como escapando.

A nivel emocional, a nivel creativo, nunca encuentro el camino. Sufro mucho estrés emocional. Nunca estoy asentado y siempre me veo huyendo, buscando otro camino.

El sentido de mi vida es no pararme nunca en nada estable. No me gustaría encontrar mi lugar en el mundo.

Por lo menos estás en continuo movimiento, creciendo como diseñador y persona.
Sí –esboza una sonrisa y modula su tono de voz a uno más dulce-.

¿La moda es una manera de huir de ese estrés emocional?

Sí. De hecho que, en entrevistas como esta siento que me convierto en un libro abierto de historias que realmente no quiero contar.

Prefiero sacar la información en los desfiles, o en cosas puntuales como la performance que acabamos de vivir, de una forma más visual. Y si la persona lo interpreta como yo lo interpretaría, genial. Y si no, pues es otro discurso. Tampoco me gusta darle muchas vueltas.

Entonces cambiemos de tema porque ya hemos abierto suficientes páginas por hoy. 
Volvamos a la performance, a lo que ha sucedido hoy en Aula 2018.  Estamos aquí porque eres profesor de Estilismo de Indumentaria en Artediez. ¿Cómo decides que quieres ser profe de una escuela pública de diseño?

Fue casualidad, no lo busqué. Y la verdad es que estoy encantando.

Al principio fue una historia de lista de interinos, se acababan. Entonces el centro llamó a gente que creyó adecuada para cubrir esas plazas, ya que no había ninguna lista y no se habían convocado oposiciones desde hacía mucho tiempo.

Durante ese primer año que me llamaron para cubrir una plaza temporal, me salió una prueba. Era como una prueba especial para crear una bolsa de interinos que era algo intermedio entre la oposición y la lista de interinos.

Hablemos de tus funciones como profesor de Estilismo de Indumentaria.

Mi principal función es darle peso tanto a diseñadores de moda como a estilistas. Hablamos todo el rato de proyectos, mucho concepto, mucho desgrane de la información para llegar a puntos interesantes y dar sentido a las cosas.

Debo decir que mi carácter es bastante complicado, sobre todo al principio, porque es tímido y tal vez no es el ideal para dar clase, pero poco a poco me abro a ellos y al final estoy mucho más suelto. 

¿Y estás contento con tus alumnos? ¿Cómo es la vida en Artediez?

Sí, me siento muy querido por ellos y tengo mucha confianza con ellos, aunque no me gusta llamarles amigos porque al final hay que tener cierta distancia para poder ser realmente crítico con su trabajo. Cuando acaba el curso es otra historia, entonces sí que soy su amigo.

Lo cierto es que todos los alumnos de moda de Artediez querrían tener a Antonio Sicilia de profesor. Te lo digo yo que he pasado por la escuela. 
Muchas gracias –dice sonriendo–. Tengo que decir que yo también he pasado por la escuela. Fui alumno cuando todavía se llamaba Arte 2.

¿Estudiaste Modelismo de Indumentaria o Estilismo de Indumentaria?

Estilismo.

¿Y cómo se produjo esa evolución del estilismo al diseño?

Después de pasar por Arte 2, estudié el Grado de Moda en la Escuela Superior de Diseño. Tuve las ideas claras desde el principio, siempre he querido formarme en diseño de moda. De hecho, en el ciclo de Estilismo nunca busqué una formación como estilista, sino que sacaba la información de diseño de moda.

No puedo terminar esta entrevista sin preguntarte por tu marca.
La marca va bien. Tengo una segunda línea, que tira mucho de productos mucho más de calle, más guerrilleros, para gente muy activa, muy de la noche, muy de club. Muchas sudaderas, muchos polos.

Ese tipo de cosas se venden muy bien, porque vender algo más superior en España es muy complicado. Por ejemplo, en mi última colección confeccioné vestidos con tejidos que fui a comprar a Estambul y solo la confección supera los 1.000 euros, a veces los 3.000, en la línea de un vestido de novia.
 
¿En qué nivel quieres posicionarte? Entiendo que esto tira más al prêt-à-porter y quieres posicionarte en un punto más premium

Sí, pero como no tengo una meta fija y no sé dónde voy, no sé qué va a pasar al final. Mi sueño es crear un laboratorio experimental en el que confluyan muchas especialidades de las artes, del diseño. Y que entre todos podamos crear productos psicológicos, mucho más metafóricos y alejarnos del mundo de las ventas.