De los graffiti, las expresiones personales y la izquierda ñoña

La defensa de los graffiti que más he escuchado por parte de mis alumnos, y hay que tener en cuenta que en la Escuela donde imparto clase las pintadas cubren paredes, puertas, baños, escaleras, taquillas, ventanas, sillas, mesas, etc. es que prohibirla sería censurar un modo de expresión. El argumento tiene su miga. Para empezar contiene ese victimismo que tanto halaga a los que se creen inconformistas. Pero si rascamos un poco más lo que nos encontramos es una dosis importante de megalomanía. Una cosa es prohibir el decir algo o hacer algo y otra muy distinta el que sea obligatorio pregonar a los cuatro vientos cualquier cosa que se nos ocurra. Decía Ortega y Gasset que hasta los más inteligentes sólo los son a ratos….

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