Noelia Sánchez de Ilustración nos relata tu experiencia en AxeSud de Marsella

La experiencia de vivir en Marsella ha sido inolvidable.

Aprendí mucho sobre la ilustración y el comic (le llaman bande dessinée). La gente de la escuela de Axesud fueron muy agradables conmigo, aunque mi francés fuese básico, siempre me ayudaron a entender los ejercicios, tanto los profesores como mis compañeros.  Poco a poco fui mejorando en francés y todo fue más sencillo. El no saber francés no ha sido un impedimento, para no realizar las tareas.

Nota importante a los que vengáis de nuevas, las entregas de los trabajos son importantísimas, allí las notas se cuentan sobre 20, pero te evalúan hasta el 15 y por entregar un trabajo tarde te restan 5 puntos. A mí me pasó y me lleve un pequeño chasco, pero tampoco os alarméis si el trabajo está bien hecho, apruebas.

El curso tiene dos semanas de ilustración y otras dos de cómic, que se van turnando a lo largo del año. Si estáis indecisos sobre a qué queréis dedicaros, tenéis la posibilidad de probar las dos cosas en segundo curso, puesto que los de tercero se especializan y se dedican a una cosa o a la otra.

A finales de curso hay algunos festivales de cómic donde la escuela tiene su stand y podéis mostrar vuestro porfolio a los editores o ilustradores que vengan. Como los profesores aparte de impartir clases, son profesionales, también están en los festivales firmando sus trabajos.

En clase realizamos un cómic con toda la clase en conjunto que fue publicado en un libro de AxeSud.

Marsella es una ciudad conflictiva y corrupta, pero encuentras gente que te echa una mano e intentan ayudarte. En verano está más animado que en invierno. El paseo marítimo viendo el mar es precioso, aunque para contemplar el mar es muy recomendable las Calanques o un pueblecito fuera de Marsella llamado Casis, donde tiene unos acantilados hermosísimos.

También recomiendo  escapadas a lugares que están cerca de Marsella que son preciosos, como Arles donde vivió Vincent Van Gogh. Puedes ver el hospital en el que estuvo y donde pintó la noche estrellada.  Para mí fue mágico ese lugar, también tiene un anfiteatro y con todo eso…, no deja de ser un pueblo. Cerca está Avignon con su muralla.  Está un poco más lejos que Arles, pero merece la pena por su encanto.