Prácticas en Bath con Erasmus+ por Marina Calvo

Bath tiene una ventaja: al ser una ciudad turística, tiene mucha oferta de cafeterías, bares, pubs, restaurantes y tiendas, por lo que es fácil encontrar un trabajo flexible para estudiantes en este tipo de establecimientos, con jornadas compatibles con la universidad. Ni que decir que, con dos universidades, Bath tiene una animada vida estudiantil.

Así que ya que me encontraba en Gran Bretaña con la movilidad de estudios, aproveché para buscar prácticas locales y así poder aprender sobre el funcionamiento de una empresa inglesa. Primero me hice un listado de la mayoría de los estudios dedicados al diseño gráfico existentes en Bath. Después personalicé mi carta de presentación, CV y portfolio para cada una de ellas y lo envié. Mis profesores de Bath Spa me recomendaron llamar primero por teléfono a las empresas para preguntarles si aceptaban estudiantes de prácticas y avisarles de que les iba a enviar el material. Sin embargo, ninguna de las empresas que contacté me aceptó, ya que ellas no estaban ofreciendo ningún puesto ni vacante.5A

Finalmente, cuando ya estaba dispuesta a buscar más allá y empezar a intentarlo en Bristol, vi una oferta a través de la bolsa de empleo que ofrece la universidad (por cierto, muy útil e interesante). Se trataba de un puesto en prácticas no remunerado como asistente del director de una empresa de diseño, creatividad y vídeos corporativos. Gracias a mis estudios y experiencia previa en el campo audiovisual, me fue fácil pasar la entrevista y conseguir el puesto.

Así como la experiencia académica en Bath resultó enriquecedora, las prácticas no fueron tan interesantes como esperaba. Realicé menos tareas de diseño de las acordadas en el convenio y más relacionadas con trabajo de oficina y edición de video con Final Cut (en cualquier caso, este aprendizaje también me resulta útil a nivel profesional) Realizamos vídeos para importantes empresas e instituciones, como la constructora Crest o el Holburne Museum. Mi superior era exigente y no le gustaba perder el tiempo explicando, por lo que tenía que ser rápida y autodidacta en el aprendizaje. ¡Afortunadamente mi jefe tenía un acento inglés muy fácil de entender! Lo bueno de trabajar mano a mano con el director, que había creado esta agencia hacía pocos años, es que le gustaba explicarme los entresijos del negocio, los pasos y el esfuerzo necesario para mantenerlo. De hecho, no descarto aplicar estos conocimientos en un futuro si decido emprender una aventura empresarial en Reino Unido, donde probablemente me mudaré de nuevo a vivir con mi pareja inglesa en cuanto termine el proyecto final de Arte Diez, relacionado con el negocio específico de diseño gráfico que me gustaría poner en marcha.

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